MI MEJOR RIVAL


MI MEJOR RIVAL

Muy temprano, me despierto con la cabeza revuelta de idas para manifestar en mi trabajo. Luego de un desayuno, me dirijo hacia mi lugar laboral pensando: “Seguro que estará allí, como siempre intentando intimidar mi autoestima, pero hoy no podrá conmigo”. Mientras procuro darme aliento imaginando que todo saldrá mejor que ayer, recuerdo que jamás he podido derrotarlo, quizás te preguntes de que hablo, déjame decirte que me dedico a la danza.

Desde que tengo conciencia siempre he superado mis expectativas, y desde que entré en el mundo de la danza vi a una persona que siempre me iguala. Entramos al mismo tiempo y en el mismo lugar de entrenamiento. ¿Coincidencia, casualidad? No lo creo. Siempre creí que las casualidades no existen y que esta persona estaba puesta frente a mí por alguna razón que desconozco.
-Buenos días profesor, gusto de verlo hoy. Responde la asistente del director de la escuela.
-Buenos días Ángela, igualmente.

Entrando en el salón veo para mi sorpresa que mi rival estaba allí esperándome. Lo saludo con discreción y me decido a crear una coreografía que él no pueda seguir.

Mientras despliego todo mi ingenio, veo como Enrique Soler, mi competencia, imita todos mis movimientos. Para mi frustración, lo hace a la perfección y no se equivoca en nada. Parece que nunca se cansa y que entre mis descansos se burla manifestando una sonrisa siniestra como diciendo: “No podrás hacer que yo falle jamás”.
Veo que ya no tengo ideas y que todo lo que había planificado hacer en mi coreografía no sirvió de nada, pues siempre me iguala en mis movimientos y mis acrobacias.

Por un momento me tropiezo y caigo al suelo ya rendido por mi cansancio y mientras pensaba dejar todo allí e ir a mi casa, mi rival me mira y me dice:

-Te lo dije, jamás podrás vencerme, siempre puedo replicar tus creaciones y aún tengo energía para seguir dos horas más. Pero tu solo puedes rendirte a mis pies.

Muy enojado conmigo mismo digo:

-Eres muy bueno en imitar mis coreografías, pero jamás podrás superarme tampoco. Quizás me agote, pero nunca me doy por vencido, te consta que siempre vuelvo al salón y logro crear algo nuevo.
Cuando termino mi discusión, entran los alumnos y les dicto una clase y les muestro mi creación, mientras tanto mi rival mira de lejos esperando algo negativo de parte de los estudiantes. Pero para su sorpresa fue un éxito. Al terminar la clase, todos se retiran e incluso mi rival.

Efusivamente la secretaria Ángela dijo:

-Excelente coreografía profesor Enrique Soler, la verdad una obra maestra. Me gustaría saber como se inspira para crearlas. 

Respondiendo digo:

-Mi rival es mi espejo e intento todos los días ganarle, quizás algún día lo logre.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

El poeta olvidado por Cristhian Morales Garcia

Ojos ancianos, espíritu joven

EL HOMBRE SIN TIEMPO PRIMERA PARTE...